En Projeects estamos comprometidos con la simplicidad en la gestión de proyectos. Creemos que los proyectos exitosos prosperan porque existe un enfoque de claridad, adaptabilidad y una visión de "menos es más". Nuestra propuesta se basa en las mismas prácticas de gestión de proyectos de siempre, pero refinadas con la simplicidad en mente.
Estos son cinco pasos que consideramos fundamentales para lograrlo:
1. Claridad de propósito y alcance
Resulta de mucho valor que al planificar un nuevo proyecto comprendamos el propósito de este detalladamente y podamos enlistar los resultados esperados con total precisión, respondiendo a estas preguntas fundamentales: ¿Qué estamos tratando de lograr? ¿Cuáles son las limitaciones y preocupaciones? ¿Cuáles son las expectativas? (Las expectativas son realmente la clave). Entender estos aspectos no siempre es fácil, pero nos permite seleccionar la dosis adecuada de "práctica de gestión de proyectos" que generará mayor impacto en los resultados.
2. Crear un plan ágil
Los planes no deben estar escritos en piedra, ni mantenerse estáticos. Los planes deben conceptualizarse en función del cambio constante del proyecto y el contexto de este, siendo simples y concisos pero actualizados y robustos. Es importante dividir el proyecto en tareas pequeñas que sean viables de producir y controlar, velando porque el plan aporte valor constante al proyecto y no simplemente se convierta en otro de los requisitos metodológicos.
3. Brindar énfasis a la asignación de recursos
Los recursos son el corazón de cualquier proyecto, pero los administradores de proyectos sabemos que estos son ciertamente limitados y el desperdicio no se puede permitir. Es por ello que los recursos se deben asignar con precisión quirúrgica, apalancado en herramientas robustas y aprovechando la retroalimentación y experiencia del equipo. Las prioridades cambian todo el tiempo, así que la flexibilidad es clave. Debemos estar listos para reasignar y optimizar constantemente los recursos, de forma que logremos el máximo provecho e impacto en los resultados.
4. Promover la colaboración
Los proyectos exitosos crecen en el suelo fértil de la colaboración. Resulta fundamental crear un entorno donde las ideas fluyan libremente y la retraolimentación sea vista como un insumo para la mejora. Las herramientas y plataformas modernas facilitan la comunicación del equipo sin depender de los espacios compartidos y las fronteras geográficas. Por ejemplo, ya nadie quiere que el cronograma del proyecto sea un documento estático en una carpeta.
5. Adaptación ágil y control
La gestión de proyectos está en constante cambio y la adaptabilidad es el superpoder que nos permite progresar. Por ello es crítico que el monitoreo sobre el nivel de adaptabilidad del proyecto sea constante y que las correcciones de rumbo se vean con ojos positivos. Es importante que celebremos los logros, pero siempre con una actitud vigilante y preparada para poder adaptar rápidamente la práctica de administración de proyectos cuando sea necesario.
La excelencia en proyectos no se trata de complejidad metodológica; se trata de claridad y eficiencia. Al adoptar la simplicidad, fomentar la colaboración y adoptar el cambio con agilidad, logramos nuestro objetivo de ofrecer un flujo continuo de valor al negocio, sin importar como evolucione nuestra práctica.
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